La Victoria en el Nombre del Señor

En el transcurso de la historia, Dios en su gracia ha demostrado su poder para dar la victoria a su pueblo en momentos de dificultad para sus propósitos. Una de las historias más poderosas que muestra esta verdad se encuentra en el Antiguo Testamento, y está estrechamente conectada con la victoria definitiva de Jesucristo mostrada en el Nuevo Testamento.

En el libro de Éxodo, encontramos la narrativa del pueblo de Israel liberado de la esclavitud en Egipto. Después de presenciar una serie de plagas milagrosas y la apertura del Mar Rojo, los israelitas atravesaron en seco mientras las aguas se dividían a ambos lados. Fue un acto de liberación y victoria que solo Dios pudo lograr. Después de cruzar el mar, Moisés y los hijos de Israel cantaron un himno de alabanza y celebración, que incluía las siguientes palabras:

“El Señor es mi fortaleza y mi canción; él es mi salvación. Él es mi Dios, y yo lo alabaré; él es el Dios de mi padre, y yo lo exaltaré. El Señor es un guerrero; su nombre es el Señor. ¡Sobrepasó a Faraón y su ejército en el mar!” (Éxodo 15:2-3)

Esta victoria en el Antiguo Testamento se convierte en un poderoso recordatorio de la victoria definitiva que Jesús obtuvo por nosotros. Jesús venció la muerte y resucitó al tercer día, demostrando su poder sobre el pecado y el dominio de la muerte. Su victoria es nuestra victoria, y en él encontramos el poder para enfrentar las batallas que nos sobrepasan.

Jesucristo venció y su victoria es nuestra victoria. Alégrate y gózate en el Dios de tu Salvación

Cuando nos enfrentamos a desafíos, pruebas y luchas en nuestras vidas, podemos recordar la verdad de que la victoria ya ha sido ganada por Jesús. Su nombre tiene poder para romper cadenas y derrotar cualquier enemigo que se levante contra nosotros. Como el pueblo de Israel, podemos cantar himnos de alabanza y celebración, afirmando que nuestro Dios es un guerrero poderoso que nos lleva hacia la victoria.

El apóstol Pablo nos recuerda esta verdad en su carta a los romanos, cuando escribe: “En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37). En Cristo, somos más que vencedores, porque su amor nos sostiene y su victoria nos pertenece.

Recordemos esta hermosa letra, alabemos al Señor

Compositor: Eugene Bartlett (1939)
Traducción: Dominio Público

 Victoria en Cristo

Oí bendita historia
de Jesús quien de su gloria
al Calvario decidió venir
para salvarme a mí.
Su sangre derramada
se aplicó feliz a mi alma,
me dio victoria sin igual
cuando me arrepentí.

Ya tengo la victoria
Pues Cristo me salva
Buscome y comprome
Con su divino amor
Me imparte de su gloria
Su paz inunda mi alma
Victoria me concedió
Cuando por mí murió.

Oí que en amor tierno
Él sanó a los enfermos
a los cojos los mandó correr
al ciego lo hizo ver.
Entonces suplicante
le pedí al Cristo amante
le diera a mi alma sanidad
y fe para vencer.

Oí que allá en la gloria
hay mansiones de victoria
que su santa mano preparó
para los que Él salvó.
Espero unir mi canto
al del grupo sacrosanto
que victorioso rendirá
tributo al Redentor

Por lo tanto, cuando nos enfrentemos a batallas que nos sobrepasan, recordemos que la victoria está en el nombre del Señor. No importa cuán desalentadoras o imposibles parezcan las circunstancias, podemos afirmar nuestros corazones en la verdad de que Jesús ha vencido y vive para siempre. Confíemos en su poder, su gracia y su amor, y sigamos adelante con valentía, sabiendo que somos parte de su victoria eterna.

2 comentarios en “La Victoria en el Nombre del Señor”

  1. Yadita es una felicidad inmensa poder ver la mujer temerosa y llena de sabiduría y amor que el Señor ha depositado en ti🙌🏻.
    El Señor haga resplandecer siempre su rostro sobre tu vida!
    Maravilloso blog…..! Graciassss 🥰🙏

    1. Marbe, gracias por tu apoyo y cariño, mucho he aprendido de ti en nuestras conversaciones, somos edificadas unas de las otras. Un abrazo muy grande . gracias gracias gracias! por tus palabras bellas.

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