Cuando Dios dice “No”

Hay una tarea cotidiana que, para mí, representa un desafío significativo: voltear una tortilla de huevo en la sartén sin que se derrame. Cada vez que me enfrento a este reto, coloco un plato sobre la sartén y, antes de intentar voltearla, elevo una oración pidiendo ayuda a Dios para lograrlo con éxito. Desde que comencé a incorporar la oración en este momento, los resultados han sido positivos. Sin embargo, ayer, a pesar de mi oración, perdí la mitad de la tortilla en el intento.

Ante el desastre, reflexioné sobre la oración y la voluntad de Dios, pensando en que, aunque oremos con fe, las cosas pueden no salir como esperamos. En esos momentos, es crucial mantener la fe y confiar en que Dios tiene un plan perfecto, incluso si no comprendemos completamente su voluntad en ese instante. Lo sé, es un ejemplo bastante insignificante, pero podemos ver ese mismo principio aplicado a asuntos más complejos y significativos en nuestras vidas. Por eso es necesario que profundicemos en cómo respondemos cuando Dios dice “no”. 

 

1. Comprender y Aceptar la Soberanía de Dios: 

A veces, es como si estuviéramos pidiendo permiso para quedarnos despiertas un poco más, sin darnos cuenta de que nuestro Padre celestial sabe que necesitamos descansar. Cuando Dios dice “no”, no es un rechazo arbitrario, sino un acto de amor de un Padre que ve el cuadro completo.

 

La respuesta de David:

En 2 Samuel 12, David enfrenta las consecuencias devastadoras de su adulterio y la trama para matar a Urías. A través de la confrontación valiente de Natan, el profeta, David se da cuenta de la magnitud de su pecado y se arrepiente sinceramente. A pesar de su arrepentimiento, Dios establece que habrá graves consecuencias: la espada no se apartará de su casa y el hijo concebido en adulterio morirá.

David ora y ayuna fervientemente, rogando por la misericordia de Dios y la vida de su hijo. Sin embargo, Dios mantiene su decisión y el niño muere. En ese momento tan difícil, David elige aceptar el “no” de Dios, se levanta, adora y sigue adelante, demostrando una fe y sumisión profundas a la soberanía y justicia de Dios.

Al observar cómo David manejó las consecuencias de sus acciones, ¿qué aprendizajes puedes extraer sobre la aceptación de las decisiones divinas, incluso cuando son dolorosas o difíciles de entender? ¿De qué manera la historia de David te desafía a reflexionar sobre tus propias respuestas a los “no” de Dios en tu vida?

 

La respuesta de Pablo:

Vamos a 2 Corintios 12:9. Imaginen por un momento a Pablo, sí, al apóstol Pablo, con todas sus experiencias increíbles y revelaciones divinas. Ahora, piensen en él lidiando con un “aguijón en la carne”, una especie de situación constante o problema persistente. No suena nada fácil, ¿verdad? Pablo, igual que cualquiera de nosotras, le pidió a Dios que lo librara de este sufrimiento. Pero, ¿saben qué? La respuesta de Dios fue “no”. Y no solo eso, sino que le dijo algo aún más profundo: “Te basta mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. ¿Pueden creerlo? En lugar de quitarle el dolor, Dios le dio a Pablo una perspectiva completamente nueva sobre la debilidad y la fuerza.

En Romanos 8:28, Pablo nos asegura que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. Incluso cuando no entendemos el “por qué” detrás de un “no” de Dios, podemos estar seguras de que Él está trabajando para nuestro bien.

 

2.Reflexionar sobre Nuestras Motivaciones y Fortalecer la Fe:

A veces, nuestras peticiones están más alineadas con nuestros deseos egoístas que con la voluntad de Dios. Santiago 4:3 advierte acerca de pedir con motivos incorrectos. Un “no” puede ser una invitación a examinar nuestro corazón y preguntarnos: “¿Estoy buscando mi voluntad o la de Dios?”. En este proceso, las pruebas fortalecen nuestra fe. Es como cuando haces ejercicio y sientes el dolor al principio, pero luego viene la fortaleza. Así, nuestras oraciones no respondidas pueden ser el gimnasio espiritual donde nuestra fe en Cristo crece y se fortalece.

 

3. Buscar a Cristo con Mayor Fervor:

A veces, un “no” puede sentirse como una puerta cerrada en nuestra cara. Pero, ¿y si en realidad es una invitación a tocar más fuerte? Jeremías 29:13 nos dice que encontraremos a Dios cuando lo busquemos de todo corazón. Un “no” puede ser la chispa que necesitamos para buscar a Cristo con más profundidad, descubriendo aspectos de su carácter y su amor que antes no veíamos.

En cada “no”, hay una invitación a confiar en Dios. Podemos descansar en Cristo, seguras de que si hemos depositado nuestra fe únicamente en él, ya no hay nada que pueda separarnos de su amor, y todo lo que nos suceda obrará para que le conozcamos mucho más.

 

Reflexiona sobre un momento en tu vida en el que Dios dijo “no” a una de tus peticiones. ¿Cómo respondiste y qué aprendiste de esa experiencia? ¿Cómo puedes fortalecer tu fe y confianza en la soberanía y justicia de Dios, para poder aceptar sus respuestas negativas con gracia y madurez espiritual?

2 comentarios en “Cuando Dios dice “No””

  1. 🌸Un “No” de Dios para nuestras vidas, también es una bendición!
    🌸 Pues sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas son para bien, y su voluntad es agradable y perfecta…!
    🌸Amemos la voluntad de Dios!
    Aleluya….graciasss Yadi por llevarnos a la reflexión 🙏🏻
    Amén me encantó.

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