Criando en la Disciplina del Señor

Queridas Madres:

En esta época de cambios constantes y nuevas ideas sobre la crianza de los hijos cuyas enseñanzas considero muy peligrosas, es esencial recordar los principios que la Palabra de Dios nos enseña . Criar a nuestros hijos en la disciplina del Señor es un compromiso que requiere sabiduría y valentía en un mundo que a menudo promueve la permisividad y la indulgencia. Hoy, quiero recordar la importancia de corregir, disciplinar y amonestar a nuestros hijos según los caminos del Señor   Y aunque aún yo no soy madre tenemos enseñanzas bíblicas que nos ayudan a prepararnos para cumplir con diligencia esa hermosa responsabilidad.

Proverbios 22:6 nos dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Este versículo requiere tanto valentía como fe, nos recuerda que nuestra responsabilidad como madres cristianas va más allá de simplemente permitir que nuestros hijos hagan lo que quieran, aunque a veces puede ser difícil porque pareciera que incluso la ley se opone a la corrección de los padres hacia los hijos. Debemos guiarlos y enseñarles los caminos del Señor desde una edad temprana. Enseñarles el temor del señor y hablarles de Cristo en cada oportunidad. Mostrarles el evangelio en la vida práctica.

En nuestro tiempo, algunas madres modernas pueden creer que ser suaves o permisivas con sus hijos es la clave para una crianza exitosa. Sin embargo, Proverbios 29:15 nos advierte: “La vara y la corrección dan sabiduría; pero el niño consentido avergüenza a su madre”. La Biblia nos enseña que la corrección es esencial para el crecimiento y la formación del carácter de nuestros hijos.

Hoy, vivimos en la generación de “cristal”, donde se teme tocar a los hijos porque se consideran frágiles. Muchas veces cuando los padres no permiten ciertas líneas de pensamiento los hijos se creen “ Los incomprendidos. Pero debemos recordar Proverbios 13:24, que dice: “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; el que lo ama, desde temprano lo corrige”. Corregir con amor es una muestra de nuestro amor por ellos y una parte esencial de su desarrollo.

Dejemos de llamar enfermedad, asuntos hormonales o culpar a los demás por el pecado de nuestros hijos , el pecado se trata como pecado. Seamos claras con ellos, con mucho amor y paciencia, pero asémosles guiándolos a la verdad. 

La importancia del carácter de los padres no puede subestimarse. Nuestros hijos observan nuestro ejemplo en el matrimonio y en la vida diaria, cuida tu testimonio, vive el evangelio. Efesios 6:4 nos aconseja: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Como padres, nuestro carácter y comportamiento son un modelo para ellos.

Consejos prácticos para la crianza de tus hijos: 

1. Establece reglas claras: Define reglas y expectativas en casa para que tus hijos sepan lo que se espera de ellos.

2. Comunicación efectiva: Habla con tus hijos sobre sus acciones y sus consecuencias, escucha sus opiniones y preocupaciones, muéstrales tu preocupación por ellos.

3. Consistencia en la disciplina: Aplica consecuencias de manera consistente cuando tus hijos rompan las reglas, para que entiendan las repercusiones de sus acciones.

4. Tiempo de calidad: Dedica tiempo especial a cada hijo individualmente para fortalecer el vínculo entre ustedes.

5. Elogia el buen comportamiento: Reconoce y celebra cuando tus hijos se comporten de acuerdo a la palabra de Dios.

6. La Biblia como guía: Usa historias bíblicas y versículos para enseñar lecciones prácticas.

7. Oren juntos: Incluye la oración en la rutina diaria, para que tus hijos desarrollen una relación con Dios desde temprano. Háblales de Cristo en cada oración . Asegúrate de que conoce el evangelio.

8. Muestra amor incondicional: Asegúrales constantemente que los amas sin importar sus errores.

9. Modela la paciencia: Sé un ejemplo de paciencia cuando corriges a tus hijos.

10. Perdona y reconcíliate: Enseña el poder del perdón, pidiendo disculpas cuando te equivoques como modelo.

11. Fomenta la responsabilidad: Asigna tareas acordes a la edad de tus hijos para que aprendan responsabilidad.

12. Revisa su progreso: Regularmente, habla con tus hijos sobre su crecimiento en la fe y el comportamiento.

13. Oren juntos antes de dormir: Termine el día con una oración en familia, agradeciendo a Dios y pidiendo su guía.

14. Cuida tu propio carácter: Trabaja en tu propio crecimiento espiritual y carácter para ser un modelo ejemplar.

15. Busca apoyo: Únete a grupos de madres cristianas para compartir experiencias y consejos.

En resumen, criar en la disciplina del Señor implica corregir, disciplinar y amonestar con amor y sabiduría. No debemos temer hacerlo, pues es un acto de amor genuino hacia nuestros hijos. Recordemos que, a través de nuestros esfuerzos, estamos guiándoles en el temor del señor , y esto es algo que les preservará en sus vidas.