Aprovecha bien el tiempo

Según estudios recientes, aproximadamente el 48.4% de los usuarios de redes sociales en todo el mundo eran mujeres, mientras que el 51.6% eran hombres, según un informe de Statista. Según un estudio del Pew Research Center realizado en Estados Unidos, el 83% de las mujeres encuestadas eran usuarias de redes sociales, en comparación con el 75% de los hombres. Según datos de Hootsuite y We Are Social, las mujeres en todo el mundo pasaban en promedio alrededor de 2 horas y 24 minutos al día en redes sociales, mientras que los hombres pasaban aproximadamente 2 horas y 16 minutos al día. Según un informe de GlobalWebIndex, el 62% de las mujeres en todo el mundo utilizaban las redes sociales para mantenerse en contacto con amigos y familiares, mientras que el 54% las utilizaba para seguir a marcas y productos. Según un informe de la Encuesta de Uso del Tiempo del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, las mujeres dedican aproximadamente 5 horas y 24 minutos al día al ocio y actividades recreativas. Estas cifras, aunque alarmantes, nos brindan una oportunidad para reflexionar sobre cómo estamos utilizando nuestro tiempo y cómo podemos glorificar a Dios en cada momento.

Hay tantas cosas que reclaman nuestra atención, pero no somos llamadas a hacer todas esas cosas, somos llamadas a hacer la voluntad de Dios. Para poder ordenar nuestro tiempo debemos saber cuál es esa voluntad revelada en su palabra para nosotras, conocer las cosas que Dios quiere y las que Dios no quiere que hagamos.

El sacrificio de Cristo revelado en su palabra nos enseña mucho al respecto. Él, siendo Dios, decidió invertir su tiempo terrenal en servir a los demás y llevar a cabo la obra redentora en la cruz. Jesús pudo haber dedicado su tiempo a cualquier otra cosa, porque es soberano y no nos necesita, pero eligió ponerse a sí mismo en último lugar y sacrificarlo todo por nuestra salvación. Su vida fue un testimonio viviente de cómo aprovechar cada momento para glorificar a Dios y amar a los demás.

Cuando reflexionamos sobre el sacrificio de Cristo, se nos recuerda que nuestro tiempo en esta tierra no se trata de nosotras mismas y nuestras propias comodidades. Estamos llamadas a seguir el ejemplo de Cristo muriendo a nosotras mismas día a día, minuto a minuto, segundo a segundo.

La Biblia nos enseña que el tiempo es un regalo precioso y limitado que Dios nos ha dado en su gracia. El Salmo 90:12 nos exhorta a pedir a Dios que nos enseñe a contar nuestros días para que podamos adquirir un corazón de sabiduría. Que hermoso es mirar atrás y ver que hemos sido sabias al usar nuestro valioso tiempo aquí en la tierra.

La Lección de Marta y María ( Lucas 10: 38-42)

La historia de Marta y María nos ofrece una poderosa lección sobre la priorización adecuada del tiempo. Al visitar el hogar de Marta y María, Jesús señaló que María había escogido la mejor parte al sentarse a Sus pies y escuchar Sus enseñanzas. Mientras Marta se ocupaba de las tareas prácticas, María comprendió la importancia de invertir tiempo en la presencia de Jesús. Esta historia nos invita a evaluar nuestras prioridades y considerar si estamos dedicando suficiente tiempo a nutrir nuestra relación con Dios y escuchar Su voz en nuestras vidas.

De ninguna manera este es un llamado a descuidar nuestras tareas domesticas o el trabajo que desempeñamos por estar en oración y lectura bíblica. Es en realidad, un llamado a ser más diligentes en lo uno y en lo otro.

“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (RV60).

Romanos 12:11

Efesios 5:15-16 nos insta a “caminar sabiamente, no como necias sino como sabias, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. Este pasaje nos recuerda que vivimos en un mundo lleno de distracciones y tentaciones; y debemos ser diligentes en nuestra forma de utilizar el tiempo que Dios nos ha regalado.

Al meditar en estos pasajes, somos alentadas a considerar cómo estamos utilizando cada oportunidad que se nos presenta. ¿Estamos llenando nuestro tiempo con actividades vacías que no tienen un valor eterno? ¿O estamos siendo intencionales en buscar a Dios, nutrir nuestra relación con Él y llevar Su luz a quienes nos rodean siendo ejemplo en conducta y palabra?

La inversión sabia del tiempo implica una mente renovada y un enfoque en las cosas que tienen un valor eterno. Filipenses 4:8 nos insta a meditar en todo lo que es verdadero, honorable, justo, puro, amable y digno de alabanza, ¿En qué ocupas tu mente? Esto implica examinar nuestros pensamientos, cambiando el tiempo que invertimos pensando en cosas sin provecho, que traen afán a nuestra vida, sustituyéndolos por aquellos que nos acercan a Dios y nos permiten vivir en línea con Su voluntad.

Tomemos un momento para reflexionar sobre cómo hemos estado invirtiendo nuestro tiempo últimamente. ¿Estamos priorizando las cosas eternas sobre las temporales? ¿Hemos encontrado un equilibrio adecuado entre nuestras responsabilidades y nuestro tiempo dedicado a Dios y a los demás? Pidamos al Espíritu Santo que nos revele áreas en las que podamos mejorar y que nos guíe para aprovechar cada instante de manera significativa.

El tiempo que Dios nos ha dado es un regalo que debemos apreciar. Aprovechemos cada oportunidad para glorificar a Dios en nuestra vida diaria. Al valorar el tiempo como un recurso precioso y al invertirlo sabiamente según los principios bíblicos, podemos experimentar una mayor cercanía con Dios, impactar a otros y vivir una vida plena y significativa. Que cada uno de nuestros momentos sea dedicado a Él, y que el aroma de nuestro tiempo invertido en Su presencia sea una fragancia dulce y agradable para el mundo que nos rodea. Recordemos que la administración sabia del tiempo nos permite vivir con un propósito divino y reflejar el amor y la verdad de nuestro Salvador en todo lo que hacemos.

21 sustituciones que puedes hacer para ser más productiva y glorificar a Dios con tu tiempo:

  1. Sustituye el tiempo excesivo en redes sociales por la lectura de la Biblia y la oración.
  2. Sustituye la televisión sin propósito por la escucha de prédicas o enseñanzas bíblicas.
  3. Sustituye las quejas y la negatividad por la práctica de la gratitud y el enfoque en las bendiciones de Dios.
  4. Sustituye la procrastinación por establecer metas claras y trabajar en ellas de manera constante.
  5. Sustituye el consumo excesivo de entretenimiento por la búsqueda de actividades edificantes y enriquecedoras.
  6. Sustituye el tiempo perdido en chismes y críticas por el fomento de la unidad y el amor entre los hermanos.
  7. Sustituye el exceso de tiempo dedicado a preocuparse por el futuro por confiar en el plan y la providencia de Dios.
  8. Sustituye la búsqueda constante de aprobación de los demás por buscar la aprobación de Dios en todo lo que hagas.
  9. Sustituye la envidia y los celos por el gozo y la celebración de los logros y bendiciones de los demás.
  10. Sustituye la queja constante por el servicio y el apoyo a quienes están pasando por dificultades.
  11. Sustituye la búsqueda de satisfacción en posesiones materiales por buscar la satisfacción en una relación profunda con Dios.
  12. Sustituye el tiempo excesivo dedicado a los pasatiempos por el desarrollo de habilidades que puedan ser utilizadas para servir a los demás.
  13. Sustituye la multitarea constante por la práctica de la atención plena y la concentración en una tarea a la vez.
  14. Sustituye la comparación constante con los demás por aceptarte y valorarte como la persona única y especial que Dios te creó para ser.
  15. Sustituye la preocupación por el pasado y los errores cometidos por recibir el perdón de Dios y caminar en su gracia.
  16. Sustituye la falta de organización por la planificación y gestión efectiva del tiempo.
  17. Sustituye el tiempo malgastado en discusiones y conflictos innecesarios por la búsqueda de la paz y la reconciliación.
  18. Sustituye el afán por el éxito y el reconocimiento humano por buscar la gloria de Dios en todo lo que haces.
  19. Sustituye el exceso de tiempo dedicado al ocio por buscar oportunidades para servir a otros y hacer el bien.
  20. Sustituye la autoexigencia perfeccionista por confiar en la gracia de Dios y hacer todo lo que haces con excelencia para su gloria.
  21. Sustituye deslizar el dedo por tus redes sociales viendo cosas sin provecho, por inundar las redes de mensajes de luz que el mundo necesita.

Estas son solo algunas ideas, pero hay muchísimas cosas productivas que hacer para la gloria de Dios. Sustituye tareas improductivas (pide a Dios discernimiento para identificarlas).

Dios te bendiga